Allí está, entre las rejas, me espera, nos espera, asoma su cabeza por una pequeña ventana una y otra vez hasta que termina la hora de entrada. Siente una tristeza infinita como la que yo siento en este instante, sus lágrimas y las mías se juntan en la distancia. Ya llegará otro domingo de visita...
2 comentarios:
En tan pocas líneas cuentas tanto…
Es difícil irse de tu blog, tus letras incitan a seguir leyendo.
Me gusta mucho tu sentido en el detalle.
Siento que sientes y no me canso de leerte.
De nuevo, gracias.
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